miércoles, 17 de noviembre de 2010

artículo de Alfonso Ussia

El disparate
26 Mayo 2010









Más de cuatrocientos millones de seres humanos hablan el español en el mundo. Un californiano y un argentino se entienden en el mismo idioma. Eso es la cultura. Un español sea vasco, catalán, castellano, gallego o andaluz, encuentra su idioma común en los labios de los indígenas de la isla de Pascua, ese pedazo de Chile desprendido que navega en la inmensa soledad del Pacífico. Colombia discute –con la razón–, con Venezuela –la sinrazón–, en español. Los presos de Cuba lloran en español por lo que España no hace por ellos. No hay lugar en el mundo, por escondido que se halle, en el que no pueda oírse una palabra en español.

Y en España, con esta clase política rotundamente gilipollas que tenemos, nos gastamos el dinero en traductores para que, en el Senado, un andaluz le hable en catalán a otro andaluz, y un vasco en vascuence a un castellano, y un gallego en gallego a un montañés, cuando todos hablan y entienden a la perfección el español. No somos un desastre. Somos un disparate. Lo preocupante es que los políticos no anunciaron a los ciudadanos, los emisores de los votos, sus ridículas intenciones. Y la ruptura entre la sociedad y una amplia mayoría de sus representantes es absoluta. No por mentirosos, no por corruptos, no por meramente inútiles, sino por imbéciles. Las cámaras autonómicas están para hablar en la lengua local y la común. En el Congreso y el Senado no puede usarse otro idioma que el español.

Imbéciles los que pidieron el uso de las lenguas autonómicas en el Senado, y más imbéciles aún los que tragaron con la petición. No cabe en cabeza humana tamaña majadería. Todos se entienden y se traducen. En España, cuna del español, no se habla español. Pongámonos en la piel de los nacionalistas e independentistas más radicales. ¿Qué idioma usan para viajar fuera de España? ¿Qué idioma usan para hacer sus negocios fuera de España? ¿Qué idioma usan para viajar y hacer sus negocios por España? El catalán es un idioma vivo, formidable y local. Es práctico tan sólo en Cataluña. El vascuence es la unión de distintos dialectos enfrentados por las montañas, y cuyo dominio está fuera del alcance de muchos dirigentes nacionalistas. Es relativamente práctico sólo en Guipúzcoa, Vizcaya, Álava y la zona vascohablante de Navarra. No se puede añadir el País vasco-francés porque no existe. Los franceses nunca han reconocido un departamento vasco. Y el gallego, como el valenciano, como el murciano, como el bable, como el guanche, y como el mallorquín, entra en el saco de las lenguas locales.

Todos ellos, los que hablan el idioma de sus raíces maternas y mantienen la tradición y la riqueza cultural de sus palabras, hablan también el español. Son españoles y es lógico que se entiendan. Y sólo en España, los políticos menosprecian el idioma común, no común solamente con los españoles, sino con cuatrocientos millones de personas esparcidas por el mundo, América principalmente. Y ese disparate, es consecuencia directa de la necedad imperante en la clase política española, que siente complejo hasta de su idioma, el español.

Como si Franco lo hubiera inventado, que algunos lo creen así, porque además de la estupidez colectiva, el mayor defecto de España es la ignorancia, la incultura y la brutalidad mental.

Lo que ha protagonizado Montilla en el Senado no merece otro calificativo que el de gilipollez compartida.

¡¡Nación de locos!!

lunes, 15 de noviembre de 2010

BARCELONA

Tiene fama de ser una de las ciudades más cosmopolitas y más caras de España...lo primero creo que es cierto, no se si será por su proximidad a Francia, por su empeño por distanciarse del resto de españoles o por una mezcla de ambas cosas, pero tiene un aire muy europeo; pero en cuanto a lo de cara, todo depende, como casi siempre, del plan en el que vayamos :D

Para empezar, el viaje: os informo de que desde septiembre, Ryanair ha abierto nueva terminal en el aeropuerto del Prat, con lo cual podeis comprar vuelos directos a Barcelona, sin necesidad de pasar por Reus o Girona, a un precio low cost, es decir, bajo y tan apretado como ireis en sus asientos, jejeje (nadie dijo que ser turista fuera fácil).

El segundo punto importante es, por supuesto, el alojamiento: evidentemente, cada uno tiene sus prioridades, pero si os conformais con pocos lujos, siempre y cuando el sitio esté limpio y céntrico, bien situado para hacer turismo, os recomiendo un hostalito a 5 minutos de la plaza de Cataluña y las Ramblas: hostal Ribagorza; desde él podréis moveros andando por gran parte del centro de Barcelona, y para los barrios más alejados podeis coger el metro en la parada de metro que encontrareis ¡a pocos metros de la puerta!

Una vez mirado el vuelo y el hospedaje, llega la hora de disfrutar de la ciudad. Paradas obligadas son:
- la Sagrada Familia, permanentemente en obras y más impresionante por fuera que por dentro (tiene infinidad de detalles, como diferentes animales sosteniendo las columnas).
- el barrio Gótico, entre cuyas calles encontraréis la catedral, el ayuntamiento, distintos museos (el de Picasso, el de Historia, el del chocolate...) y la iglesia de Santa María del Mar, famosa por la novela de Ildefonso Falcones.
La Pedrera y la Casa Batlló, ambas de Gaudí: la entrada tiene un coste algo elevado, aunque vale la pena verlas; para los bolsillos más ajustados, La Pedrera tiene en ocasiones exposiciones gratuitas en su interior, lo cual permite ver no la casa al completo, pero sí vislumbrarla al menos.

Si el tiempo acompaña, podéis disfrutar de agradables paseos por distintas zonas de la ciudad:  indudablemente, visitar el Park Güell, diseñado por Gaudí y que contiene su casa- museo. También vale la pena darse una vuelta por Montjüic, el parque de la Ciudatella y su zoo y por el Paseo de Colón. Si aún os queda tiempo, podéis acercaros al puerto olímpico para empezar desde allí un paseo menos turístico pero no por ello menos bonito, a lo largo de las playas barcelonesas.

A la hora de comer, podéis encontrar sitios con menús económicos y buena calidad. Una opción que a mi me encantó fueron las champanerías, aunque no son recomendables para todo el mundo (carritos de bebé no pueden entrar, ya que es un sitio estrecho, y hay que estar de pie): se trata de bares en los que beber champán y comer productos típicos como la butifarra o la sobrasada a muy buen precio (¡¡nosotros dos comimos por 10 euros en total, creo recordar!!); suelen estar abarrotados de gente, pero los camareros se dan muy buena mañana y no hay que esperar mucho para ser atendidos. También cuentan con una parte de tienda, para los que quieran llevarse recuerdos gastronómicos. La que nosotros visitamos se encuentra en la calle Reina Cristina.
Otro lugar donde comer a buen precio es en el mercado de la Boquería, en las Ramblas, donde aparte de puestos de venta de comida, podéis encontrar bares y restaurantes con productos frescos. Tengo buenas referencias del mercado, pero no os puedo dar mi opinión personal al respecto porque, desgraciadamente, no tuvimos tiempo de pasar a comer por allí... :'(

Y para salir de fiesta, como en toda gran ciudad, tenéis muchas opciones:
- el barrio de Gracia es muy bohemio, y tiene locales en los que disfrutar de un espectáculo musical, de baile, etc, además de sitios de todas las nacionalidades donde cenar (probé un libanés y salimos bastante contentos con lo que pedimos).
- el Raval cogió mala fama hace unos años, y muchos siguen pensando que te puedes encontrar de todo si te metes por sus callejuelas, pero nosotros salimos por allí un sábado por la noche y no vimos nada raro, aparte de muchos bares de todo tipo y ambiente, alguno de los cuales vendía mojitos a 3 euros (¡eso sí que es raro!).
- en la plaza Reial, al lado de la Rambla, además de sitios donde comer (tiene especial fama el restaurante Les 15 Nits, donde se forman colas antes de abrir para conseguir mesa por su buena relación calidad- precio), hay un par de discotecas; como sitio curioso en esa plaza, aunque no fácil de encontrar sin conocerlo, llamando al telefonillo en un portal y subiendo al tercer piso, cuando abrais la puerta os encontrareis un bar lleno de gente de todos los paises, con muy buen ambiente.
Eso sí, como en toda gran ciudad también, a partir de cierta hora sólo quedarán abiertas discotecas donde para entrar hay que pagar una entrada.

Una vez dicho todo esto, sólo me queda desearos buena estancia a los que os decidáis a visitar la ciudad condal (tenemos diciembre y su puente a la vuelta de la esquina). Hagáis lo que hagáis...¡sed felices!

La Pedrera, de Gaudí