jueves, 14 de marzo de 2019

primeros pasos hacia una vida sin residuos

El problema de los residuos, especialmente los plásticos, está últimamente muy de moda y hay mucha gente que habla sobre el tema.

El año pasado vimos un documental, cuyo título no recuerdo, en el que mostraban todos los restos plásticos que se recogen en los mares, por ende en los peces y como consecuencia terminan en nuestros estómagos. Este descubrimiento me dio mucha pena y mucho asquito.

Pero cuando mayor conciencia del problema hemos tenido ha sido en nuestro último viaje a Marruecos, hace unos meses. Había kilómetros de costa sin explotar, sin edificaciones pegadas, sin chiringuitos, y si me apuras, sin gente. Pasamos una tarde en una playa en la que había un grupo de cuatro personas, un chico y nosotros dos. No tenía pinta de que habitualmente acudiese mucha más gente, quitando un sitio donde se encontraba el típico marroquí con camellos para dar paseos a los turistas. 


El caso es que era llamativa una línea paralela al mar llena de basura. Nos resultó evidente que eran restos que había traído la marea hasta allí y fue una imagen que nos impactó mucho y que no he conseguido quitarme de la cabeza.

Por este motivo hemos tomado la decisión de reducir nuestra basura lo máximo posible para poner nuestro granito de arena, poniendo especial énfasis en el uso de plásticos y en general todo lo que va al contenedor amarillo. 

Como primer objetivo nos hemos puesto tirar una bolsa a la semana y luego iremos alargándolo en el tiempo. He estado observando nuestra basura y he llegado a la conclusión de que será un camino largo pero no tan complicado como parece, se trata tan sólo de hacer pequeños cambios, y volver en muchos casos a hábitos que teníamos de pequeños.

Hemos empezado por comprar unas botellas de vidrio para rellenar con el agua del grifo, y así evitar la embotellada. Además vienen con unas fundas de tela para proteger la botella de posibles golpes y el líquido de la exposición a la luz solar, así que resultan decorativas.

El segundo cambio han sido los cepillos de dientes tradicionales, que hemos sustituido por unos de bambú, que además de ser sostenibles son muy monos. En cuanto al precio, resultaron más baratos de lo que pensaba. Uno lo compré en una tienda del barrio por 3 euros con algo, que es lo que me cuestan los que solía comprar en la farmacia. El otro lo cogí a través de Amazon en un pack, con lo que cada uno salía por poco más de 1 euro, así que el precio no es una excusa.

Por último nos hemos pasado a una pasta de dientes natural. La primera que hemos probado es una nueva de lacer que nos han enviado. Está compuesta de ingredientes naturales, por lo que tiene un color y sabor distinto a las típicas comerciales. Por otro lado el estuche es 100% reciclado, hecho con papel de bosques sostenibles, y en el tubo han reducido el uso de plásticos y utilizado materiales reciclables. Aún tengo que investigar más sobre este producto porque creo que por el precio que tiene puede haber opciones mejores (por ejemplo, veo innecesaria la caja de cartón, por muy reciclado que sea, es algo completamente prescindible).


Acabamos de iniciarnos en esto que han dado por llamar "zero waste" así que quedan muchas cosas que cambiar. Pero algo que tenemos claro es que es absurdo tirar de golpe todo lo "malo" que tengamos en casa para comprar cosas nuevas más sostenibles, en lugar de ir gastando lo que ya tenemos y según haya que ir reponiendo buscar mejores opciones. Así que seguiré informando sobre nuevos descubrimientos!